Un día el tiempo llega.
Ése que hace tanto se veía lejano.
Volteas y los años están encima.
Los que pesan y los que ya soltaste,
y piensas si hiciste lo que querías,
si te diste las oportunidades.
Acaricias las arrugas,
sientes los dedos un poco torcidos
quizás algún hueco en la dentadura.
Y las cavilaciones llegan.
Ves logros y fracasos,
lo que en la infancia soñabas,
lo que la adolescencia dejó,
y lo que la madurez terminó de forjar.
¿Estás dónde pensabas?
¿Dejaste tus miedos?
¿Superaste los obstáculos?
Un día llega en que los pies pesan más,
en qué la vista se cansa
y los riñones ya no aguantan.
Un día en que sabes ya nada tiene remedio,
lo hecho , hecho está.
Y ése día te preguntarás,
cuantos hubiera pudiste haber cambiado.